12 La mayoría de éstos escaparon heridos y desarmados; el mismo
Lisias se salvó huyendo vergonzosamente.
13 Pero Lisias no era hombre sin juicio. Reflexionando sobre la
derrota que acababa de sufrir, y comprendiendo que los hebreos eran
invencibles porque el Dios poderoso luchaba con ellos,